El dinero no crece en los árboles, pero ahora los cupcakes sí salen del cajero. La empresa Sprinkles Cupcakes en Nueva York, decidió poner un cajero automático afuera de su tienda, lo que le permite a los clientes vivir una nueva experiencia, sin necesidad de cambiar sus productos.
Un claro ejemplo de que vivimos en el mundo de los servicios y las experiencias, ya que sin duda este aparato ha sido todo un éxito, pues ha llamado la atención de muchos que probablemente solo compren un cupcake para vivir la experiencia. ¿Irías?